Buenos noches desde Ciudad Bolívar. Intentamos escribir ayer pero sabemos por qué no llegó, así que se nos acumulan las historias que contar.
Hoy acaba nuestro sexto día en Colombia y nuestro segundo día en Ciudad Bolívar.
Nos sentimos muy bien acogidas, cuando se está tan lejos de casa, se entiende mejor la expresión "familia marianista".
Los primeros días los hemos pasado en Palermo Sur, donde esta la sede de la fundación, la parroquia Chaminade, el colegio fe y alegría, dos aulas de apoyo...
Allí hemos tenido la oportunidad de conocer los diferentes grupos de fe vinculados a la parroquia: fraternidad, los grupos Michel, los grupos infantiles...
El sábado fue nuestro primer contacto con los niños. Participamos en un taller de baile con Alex, en el aula de la paz. Allí aprendimos a bailar cumbia, salsa, bailes llaneros y algo de hip hop. Hicimos lo que pudimos, pero a juzgar por las risas de los niños no debió ser mucho.
El domingo subimos con Sandra, Jhon, Andrés, Edwar y Jhon a Monserrate. Es un santuario que está en la cumbre de una montaña a mas de 5500 metros sobre el nivel del mar. Fue dura la subida pero mereció la pena.
El lunes cambiamos Palermo Sur por Ciudad Bolívar. Aquí las condiciones de vida son algo más duras que en Palermo Sur. La construcción de las casas es mucho mas humilde si cabe y muchas de las calles son de tierra. Pacho nos trajo hasta aquí y Alberto nos estaba esperando con los brazos abiertos. Nuestra primera clase aquí fue muy cómoda, solo vino un niño. Jesusito, un pequeño del que ya nos hablaron Barbara y Teresa y que enseguida se ganó nuestro corazón. Lo pasamos pipa jugando toda la mañana con él.
La clase de por la tarde fue mucho mas concurrida. 32 niños de diferentes edades y niveles vinieron para el aula de Alpes. Pudimos comprobar el increíble trabajo que hace Alberto atendiendo a todos estos niños, preparándoles la merienda, enseñándoles, educándoles y corrigiendoles. Todo esto sin perder la sonrisa, el humor y el amor a los niños. Sin duda un ejemplo para todos los que nos dedicamos a la educación.
Hoy hemos estado en el aula del recuerdo. Lo primer que nos ha llamado la atención es la decoración que nos recibía al entrar en el jardín de infancia. Las educadoras han creado para los pequeños un increíble oasis de fantasía que gira en torno a la cultura de las diferentes regiones colombianas.
Con los niños de la mañana y la tarde hemos hecho un taller sobre sentimientos. Han participado muy activamente de todas las propuestas que hacíamos al rededor del tema. Y han preparado unas carteleras preciosas que hemos colgado por el aula.
Nuestra estancia aquí ha coincidido con el cumpleaños del Padre Manolo. Hemos tenido la oportunidad de compartir una enorme paella regada con vino al más puro estilo español y de comprobar lo querido que es por la comunidad.
Nos despedimos por hoy con la sensación de ser unas grandes afortunadas por formar parte, aunque sólo sea por unas semanas de algo tan emocionante, ilusión ante y bien hecho como es el trabajo que hace aquí la fundación.
Sara y Rocío.
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