lunes, 24 de agosto de 2015

Palermo. Colombia. 20, 21, 22

Día 20

Alex nos vino a recoger más temprano que el día anterior. La caminata sería más larga. Hoy subiríamos a San Ignacio. Cuando llegamos vimos el magnífico trabajo que habían hechos "las profes" anteriores junto con Alex, decorando las paredes del aula. Aun quedan cosas por acabar, algunos murales que pintar. Esperamos poder contribuir con nuestro pequeño granito de arena y dejar el aula aun más bonita y acogedora.

Los niños se nos habían adelantado. Allí nos estaban esperando las tres hermanas: Melisa, Marisol y Quendy. Como éramos tres profes, la clase fue más personalizada. Cada uno trabajaba con una niña. La dinámica fue la misma que el día anterior. Que trabajos más bonitos hicieron las niñas. Las conclusiones también lo fueron, ninguna quiso romper el trabajo del de al lado. Al ser un grupo poco numeroso, terminamos antes y nos dio tiempo a ensayar la canción que representarán en el X Aniversario de la Fundación. Los niños de San Ignacio cantarán y tocarán la canción y los de la Paz, bailarán. ¡Qué pena, no podremos ver la función, pero tendremos la suerte de verles ensayar!. 

Por la tarde vinieron más niños. Qué afortunados somos de poder compartir con ellos sus vivencias personales. Nos dimos cuenta de la fortaleza y grandeza de estos niños. A pesar de todo, son pequeñas fábricas de magia y alegría. Tenemos mucho que aprender de ellos.

Día 21

Hoy iba a ser un día distinto en la Paz. Los viernes no hay clase de refuerzo, pero además les habíamos preparado una sorpresa con todo el material que se trajo desde España.

Mientras llegaban todos los niños, jugamos a las adivinanzas con fichas a través del lenguaje de signos que nos enseña María José. Lucho, su hermano, ganó una vez más.

Después del desayuno, nos desplazamos a la explanada de la casa marianista. Montamos varios circuitos, con aros, pelotas, cuerdas y conos. Se organizó una competición de relevos por equipos. Todos ganamos. Los niños disfrutaron mucho y los mayores también.

En el turno de la tarde, repetimos, trabajando así actitudes tan distintas como el compañerismo, trabajo en equipo, compartir, saber perder, la coordinación…

Además, nos acercamos a los columpios y canchas de fútbol que están justo al lado. Se nos unió al grupo un niño que estaba con su abuela, que al vernos pasarlo tan divertido, quiso compartir con nosotros un buen rato.

Al estar ocupadas las canchas de fútbol por los niños del barrio, surgió de manera improvisada, un partido de fútbol entre todos. Los equipos se mezclaron. Para diferenciarse unos de otros, algunos se quitaron la camiseta. No sabemos quién ganó, pero sí hubo risas aseguradas.

Por la noche organizamos una cena informal. Vinieron Sandra, los dos Jonh, Andrés, Alex, y una nueva incorporación al grupo: Juan el guarda de seguridad. Nos enseñaron a bailar distintos tipos de salsa y nos deleitaron con la guitarra Andrés, Jonh y Alex con hermosas canciones. Fue una noche muy agradable y que esperamos repetir muy pronto.

Día 22

¡Al fin llegó el gran día!. Tanto los más peques como los mayores estaban deseando que llegara el día para ir a Quiba a elevar cometas. Agosto es el mes de los vientos y es tradición volarlas. Allí se conocerían los niños de Ciudad Bolívar y Palermo. Los primeros fueron andando y a los segundos, la Fundación les proporcionó el autobús. Nos reunimos aproximadamente 80 personas.

El día nos acompañó. Además, disfrutamos de un paisaje incomparable. Comenzamos con cantos, juegos y bailes para conocernos. Los niños estaban impacientes, rápidamente nos pusimos manos a la obra. Hubo cometas para todos. Se les pidió a los niños que las trajeran, pero aquel que no pudiera, le entregamos una.

No era tan fácil como pensábamos. Hubo que reparar muchas, cortar  camisetas para hacer las colas, enganchar las pitas, y hasta colocarles botellas de plástico para darles peso, ya que el día estaba muy ventoso. Unos ayudaban a los otros. A nosotros que nunca habíamos volado una, nos dieron clases  magistrales de cómo hacerlo. 

Después de disfrutar largo rato, hicimos un kit kat. Tocaba la hora del refrigerio. La Fundación había preparado sanwhiches y refrescos para todos. Teníamos que coger fuerzas para lo que venía a continuación: partidos de fútbol y de rugby, saltos de comba, carreras de sacos, juegos con globos, beisbol, carreras de fondo y circuitos de obstáculos.

Terminamos el día repartiendo regalos, una gran parte relacionados con el mundo del deporte. Hubo suerte, había para todos, ya que no sabíamos cuántos seríamos. Hasta con las tallas acertamos.   

Todos acabamos agotados. Muchos se durmieron en el autobús de vuelta. Peques y mayores disfrutamos de un día muy especial. 

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